La historia de París, abandonada en el municipio de Abanilla

La nueva  Ley 6/2017 de 8 de noviembre sobre “La Protección y Defensa de los animales de Compañía “tiene por objeto y finalidad regular el régimen de la protección, bienestar y la tenencia de los animales de compañía,  y  se promoverá:

a) El fomento de la tenencia responsable.

b) La lucha contra el abandono.

c) El fomento de la adopción.

“Si se pierde la sensibilidad y el corazón se endurece  nos olvidaremos de los sentimientos y las emociones… entonces nada merecerá la pena”. M.D.Saurín

La historia de París, abandonada en el municipio de Abanilla… ¿¿¿ME PUEDES QUERER???

Me llamo París soy una linda perrita, muy coqueta, con mi pelo rizado y preciosos ojos que enamoran a cualquiera, mi dueña siempre me lo decía “eres preciosa y me tienes loca”; vivíamos en un apartamento en Valencia junto a su niña pequeña Tana, y la vida pasaba muy feliz, me sacaban a jugar al parque, mi duchita calentita, me daban mi alimento exquisito, dormía en los pies de su cama y en el sofá de casa tenía mi rinconcito… guau no se podía pedir más… era muy afortunada.

Un día a mi dueña le salió un trabajo en un pueblo llamado Fortuna, y allí conoció a un hombre, que no era de allí sino de Macisvenda, y nos trasladamos a vivir los tres, mi dueña, Tana y yo.

Las cosas no fueron nada bien, mi dueña y Tana se tuvieron que marchar a otra ciudad y en esos planes no me incluían a mí, porque donde iban no admitían perritos. El señor le prometió que me cuidaría muchísimo, que estaría muy feliz y que no se preocupara. Yo le recé muchísimo a “San Perruno” para que así fuera, pero no lo fue.

Recuerdo cuando el coche se alejaba y mis ojos se clavaron en el cristal de atrás fijando mi mirada en la mano de Tana, que me decía adiós y me mandaba besitos, mi corazón se aceleraba igual que aquel coche que iba desapareciendo en la distancia.

Empezó mi nueva vida al lado de aquel hombre, todo le molestaba, no importaba dónde me pusiera, daba igual, siempre molestaba. No tenía apenas nada para comer, ni un cobijo para acostarme, ni una caricia, tampoco mi tiraban un palito para que pudiera cogerlo, cuando se acercaba mi nuevo dueño, yo le movía el rabito y daba saltitos para ganarme su cariño… pero nada le hacía gracia.

Un día decidió llevarme a casa de un amigo suyo, a un lugar llamado El Partidor, me alegré porque pensé: por fin va a cambiar mi suerte. Pero no fue así. Me dejaron abandonada en una enorme parcela. Creo que pasó más de un mes, que estuve por aquellos parajes deambulando de un lugar a otro, recibiendo palos y patadas cuando me acercaba a alguna casa. El miedo y temor se apoderaron de mí. Caminaba por la carretera y las fuerzas me fallaban. Mis patitas se me torcían y me caía al suelo por la debilidad. Creo que llevaba más de una semana sin comer,  tan solo soñaba con mi dueña y Tana en nuestra casita, con el calor del hogar y los juegos en el parque, y esas caricias en mi barriguita que tanto me gustaban, que me hacían rodar como una croqueta, y los saltos en la cama con Tana. Creo que esos pensamientos me ayudaban a seguir caminando hacia ningún sitio.

Abstraída en mis pensamientos, vi que un coche se paraba y se bajaban unas personas que corrían hacia mí, yo pensé: más desgracias no, San Perruno, pero no fue así, una muchacha y un chico, se acercaron a mí y me dijeron… no tengas miedo que no te vamos a hacer nada. Sólo queremos cogerte para que no te pille ningún coche y te pueda hacer daño.

Los miré, vi una sonrisa y una caricia, y eso me gustó, me subieron al coche y me llevaron a un lugar donde me dieron de comer muy rico, me dieron una ducha, me cortaron las rastas y me curaron las muchas heridas que llevaba en mi cuerpo… guau guau, pensé, estaré viva o habré muerto y estoy en el paraíso.

Vi a una señora que era policía, dicen que de Abanilla, recuerdo que se acercaban muchas personas a mí, para ver como estaba, también me pasaron un aparatito por el cuello y localizaron a mi dueña, porque llevaba puesto un “chip” que es mi identificación y por eso dieron con ella.

Mi dueña lloraba desesperadamente al ver las fotos que le mandaron al contemplar mi lamentable estado.

Se enfadó mucho y luego se entristeció por haber confiado en alguien que no es digno de confianza ni de compromiso.

Las personas que me salvaron la vida y mi dueña denunciaron el caso en la guardia civil por abandonarme.

Mi dueña buena y preciosa vino a buscarme a Abanilla desde Valencia. Se ha casado con un señor muy señor, que me sacó a bailar en la fiesta de su boda.

…me sentí muy protagonista,  con mi vestido de tutú blanco al lado de Tana y bajo la atenta mirada de mi dueña que me acariciaba sin cesar una y otra vez.

Ahora soy la perrita más feliz del mundo, nos hemos trasladado los cuatro a vivir a Madrid y somos una FAMILIA.

Ahhhh!!! Estoy preciosa y coqueta como siempre, mi pelo limpio y desenredado, mis uñas cortitas y me ponen unos lacitos que soy la más bonita y admirada de todo el jardín, la pesadilla ya pasó.

Gracias por leer mi historia… soy muy feliz con tanto amor.

París

Autora del relato. María Dolores Saurín

NOTA: TODAS LAS FOTOS SON AUTÉNTICAS DE LOS PROTAGONISTAS.

Nuestro más sincero reconocimiento a APAMA (Protectora de Animales de Abanilla) por la labor que realizan y que muchas veces pasa desapercibida.

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